Proveedor de ataúdes, una
visita incómoda de reflexión
Por Javier Claudio
Nuestra ciudad, como punto destacado y referente de paso del comercio nacional e internacional, tiene como característica una extrema tendencia el observar con naturalidad el flujo de mercancía, mas no así el del traslado de ataúdes para venta.
Captada esta imagen de este singular hecho, no escapó en su la atención a los comentarios de quienes fueron testigos del traslado de estas cajas donde se deposita un cadáver para llevarlo a sepultura.
“Vivimos tiempos en los que se ha ido perdiendo el respeto en muchas cosas, mayormente de aquellas situaciones en las que nuestros (familiares) mayores nos exigían seriedad y para una de ellas es la muerte”, dijo un empleado de la Secretaría de Salud al pasar el fúnebre proveedor.
El camión de doble plataforma del proveedor, en un rodar lento, llevaría alrededor de 60 ataúdes, los que presumiblemente sería entregados a las distintas empresas funerarias establecidas en la ciudad.
La muerte, considerada como un hecho irremediable que significa la conclusión de la vida, prevalece entre los vivos como temor natural, así al paso de la gran cantidad de cajas mortuorias.
“Todos vamos para allá. ¿Será por eso que nos domina el respeto y hasta nos obliga a persignarnos al ver tanta cantidad de ataúdes? Nos recuerda la vida y creo que hasta nos hace reflexionar, Nadie quisiera estar ahí”, comentó una usuaria al tiempo que ingresaba a la oficina de pagos de Comapa.
El vehículo doble remolque, atrajo la atención, por la gran cantidad de ataúdes en traslado, esto durante todo su recorrido desde el sector centro hacia el poniente, algunos se persignaban y otros atentos murmuraban.