Alejandro de Anda
LO CLARO. Sin duda. Hoy vivimos la ‘realidad’ de dos mundos que coexisten en tiempo y lugar.
Donde respiramos y nos desenvolvemos como entes vivos y el otro donde aprendemos y desarrollamos los conocimientos y en su caso, se potencian con la gran prevalencia que significa la red de redes. El ciberespacio.
Pero tan armoniosa como difícil de vivir es la vida en ambos mundos.
Hoy la ciberseguridad es un gran tema que debe ser prioridad existencial para cada usuario.
Así lo atiende la academia. La Universidad Autónoma de Tamaulipas lleva a cabo un Ciclo de Webinars 2024 de Seguridad de la Información.
La protección de datos personales, el cuidado del correo personal, las claves de acceso y todo lo que implica nuestra personalidad e identificación como huella cibernética es un compromiso que nos obliga no solo a cuidar de nosotros mismos, pues también compromete a quienes interaccionan con nuestro espacio.
El robo de identidad, el ciberbullying son temas que nos atañen a todos.
LO OSCURO. La frase que da título a la entrega de hoy refiere –según los expertos en lengua castellana- a la manifestación de conformidad sobre los inicios modestos que se hace sobre cualquier acción.
Y así notamos en el día a día que la frase es parte del pan nuestro diario. La lucha frontal contra la delincuencia, cuando se ejecutan planes espectaculares y culminan apenas encerrando a un ‘pez pequeño’, con un suspiro la sociedad exclama “bueno, peor es nada”.
La campaña anticorrupción que habría tocado los primeros escalones del entramado político (recordar PEMEX) ha dado como resultados apenas poco de lo mucho que se escurre en los ríos del ‘mal de males’. Pero por algo se empieza.
Los vecinos norteamericanos mantienen una campaña permanente en donde recurrentemente señalan que los males que les aquejan, son producto de la migración latina. Quizá algo tenga de verdad… quizá no se alcanzan a ver a sí mismos.
El caso es que han dado por presentar a la sociedad de su país mediante la aprobación congresal, la iniciativa –ya aprobada- para deportar a inmigrantes que conducen ebrios o drogados.
El lado bueno de la nota; aquél que ha sufrido lo indecible, dejando atrás su patria, su familia, amigos, enfrentando los retos del idioma, aprendiendo a ‘hacer de todo’ en la búsqueda del sueño americano, difícilmente se pasaría un semáforo en luz ámbar. No se concibe el hecho de tal lucha de superación por estar en la tierra prometida y usara estupefacientes para ser feliz.
Sin embargo, es válida la iniciativa. El gobierno pretende demostrar a sus conciudadanos que no le tiembla la mano en cuestiones de ejercer la ley. Y la parte más delgada de la cuerda, es la comunidad migrante que lleva todas las de perder.
Hace un mal a la tierra donde es invitado y justo es que pague el precio.
Lo malo de la misma iniciativa, es que no tardarán en darse cuenta que los borrachos y drogados… son locales.
Pero es rescatable la iniciativa. Vale la pena tomar el ejemplo y sacar el mejor provecho en aras de acceder a comunidades con mejores índices de bienestar y paz social.
Algún partido buscaba la implementación de castración química para transgresores violentos (violadores) que por ‘humanidad’, jamás encontró eco legislativo.
Pero la laxitud de la ley deja muchas oportunidades tanto para delinquir como para oponer frenos que impongan verdaderas sanciones.
Poco tiempo atrás la sociedad desde las cámaras empresariales pretendía desterrar de una sola vez las malas prácticas de aquellos que se ven tentados a sacar beneficio propio siendo funcionarios públicos.
Le llamaron ‘muerte política’ (su símil en otros países como Perú, respondía al nombre de Ley de Muerte Civil) y condenaba a aquellos corruptos que hubieran sido vinculados a proceso y sentenciados por actos probados. Inhabilitación de por vida.
Eso sería un buen comienzo…
Hay muchas más.
COLOFÓN: Si de lo propuesto logramos al menos que exista mayor vigilancia a las arcas públicas… ya empezamos muy bien.
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